Sicav y mariachis muertos.
Recientemente se ha publicado el Real Decreto 1082/2012, de 13 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de instituciones de inversión colectiva, que desarrolla la regulación entre otras de las SICAV.
Una SICAV (sociedad de inversión de capital variable) es, a grosso modo, una sociedad mercantil utilizada para invertiren activos financieros y diferir el pago de impuestos. Es decir, que su objetivo es la inversión en valores mobiliarios admitidos a cotización bursátil (acciones, bonos, etc.). Del resultado de su inversión pagan un ínfimo 1% para los rendimientos y plusvalías de la sociedad y entre el 21% y el 27% para las ganancias patrimoniales de los socios que se producen cuando estos acuerdan desinvertir en las mismas.
Están sujetas al control de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Agencia Tributaria no puede inspeccionarla sin permiso de la primera, por lo que son un instrumento ideal para que las grandes fortunas puedan invertir sin pagar impuestos y sin control tributario.
Entre los requisitos para constituirlas principalmente hay dos:
- Uncapital mínimo de 2.400.000 €
- Unnúmero de socios inversores superior a 100.
La realidad de numerosas SICAV es que son instrumentos utilizados por grandes fortunas (Koplovich, Familia del Pino –ferrovial, Rosalía Mera, ex mujer de Amancio Ortega, e incluso la iglesia católica española tiene dos) que aportan la mayoría del capital y se hacen acompañar por pequeños inversores, conocidos como MARIACHIS, que acompañan al son de la música que estas grandes fortunas deciden.
La crisis se está llevando por delante a muchas de estas SICAV. Leo en vozpopuli un artículo de M.L. Torrents al respecto de estos mariachis que llegaron ainvertir solicitando financiación a terceros para hacerlo y se han encontrado con que a la pérdida de su inversión deben sumar el pago del crédito que ahora no pueden afrontar.
Lo tilda de estafa. En mi opinión no se trata de eso, sino de pequeños inversores que acometieron una operación sin la debida prudencia con una finalidad especulativa. No podemos compararlos con quien se entrampó en la compra de su vivienda habitual o quien fue engañado por su banco (preferentes, cláusulas abusivas).