Sobre la cesión de soberanía a la UE
Hoy me arranco con una reflexión económica. Aclaro que no tengo formación superior económica para opinar, así que esto es una opinión menor formada en base a lo que he leído y aprendido de reflexiones de profesores universitarios de Derecho Administrativo que tuve y que explicaban, tratando sobre la soberanía, que no estaba tan vinculada a la cesión de competencias como a la capacidad de obtener recursos con que llevarlas a cabo.
De esto sabemos mucho en Euskadi, donde por la Ley de Territorios Históricos, las competencias fiscales corresponden a las Haciendas Forales de carácter provincial, y no al propio ejecutivo vasco. De esta forma hay una cierta soberanía de las Diputaciones Forales y del propio Gobierno Vasco frente al Gobierno Español, ya que la decisión de las políticas a tomar a nivel autonómico o inferior va unida a un crédito presupuestario con respaldo en la propia fiscalidad que permite llevarlas a cabo.
Leyendo esta noticia sobre que Alemania apoyará los eurobonos a cambio de soberanía para la UE, resulta evidente que nos encontramos en un proceso de integración que como todos va a suponer una cesión de soberanía económica en cuatro líneas.
Soberanía monetaria, cedida hace años al adoptar el euro como moneda, perdiendo la capacidad de emitir moneda y de devaluarla.
Soberanía fiscal, en la que a través de los procesos de armonización vamos camino de integrarnos en un sistema fiscal unificado.
La siguiente línea de cesión es la soberanía presupuestaria, en la que todas las administraciones públicas van a someterse al control no sólo de sus ciudadanos sino también de instituciones supra estatales. La reducción de ingresos por vía fiscal se va a compensar con financiación – recordemos que desde el tratado de Maastricht los Estados no pueden financiarse directamente del Banco de Europa- y va a hacerse a cambio del control del gasto público. De esto trata esta noticia.
La cuarta línea de cesión es la soberanía regulatoria que hace referencia a la capacidad de reglar los mercados regulados, conformado por grandes empresas de servicios y energéticas que en su día fueron privatizadas o con una fuerte relación con los distintos gobiernos – eléctricas, Repsol, Telefónica,…- , por empresas gestoras de infraestructuras públicas – Aena, Adif-Renfe, concesionarias de autopistas…- y, como no, por entidades financieras. Estos mercados regulados ya van convergiendo con sus homólogos europeos, pero se pretenderá convertir estos sectores a un mercado único europeo. Ya se habla en la noticia de la “unión bancaria” por ejemplo.
Esta última cesión se puede plantear seguramente mediante la venta de empresas públicas a precio de saldo a los acreedores del Estado. Llegará en unos meses.
Así que lo que estamos viviendo ahora es un pulso entre quien quiere cesión de soberanía y quien se opone. Europa ahora es una confederación y como tal tiende o bien hacia un estado federal o bien a la ruptura de su vínculo. Recordemos que no hay confederaciones que se mantengan estables en el tiempo sin tender hacia un modelo u otro (y no, Suiza aún llamándose en ocasiones Confederación Helvética se define como una república federal y se asemeja más a un estado federal que a una confederación propiamente dicha).