En entradas anteriores he divagado sobre la prohibición del pacto comisorio, es decir, de la dación en pago, como fórmula para resolver los problemas de impagos hipotecarios. Las entidades financieras se muestran contrarias, pero ¿qué pasaría si la situación fuera la contraria y quien quisiera la dación en pago fuera el banco? ¿en qué casos se produce? ¿qué efectos produce? ¿restringe el crédito?.

La dación en pago con efectos retroactivos se aprobó para compensación de garantías financieras en el Real Decreto-ley 5/2005, de 11 de marzo, de reformas urgentes para el impulso a la productividad y para la mejora de la contratación pública, en su artículo 6 que autoriza la dación en pago  y en su artículo 11 cuando autoriza una clausula de liquidación de garantías  que no es sino el llamado pacto marciano.

Aquellas medidas que se niegan por la banca a los deudores hipotecarios son las mismas que la ley ha otorgado a la banca para obtener su propia dación en pago. Más aún cuando se han utilizado dichas garantías financieras, generalmente acciones y bonos de los propios bancos, como garantía de otros créditos otorgados por la misma entidad bancaria.

La dación en pago se ha considerado historicamente como algo inmoral por el abuso que puede darse en contra de quien pide un préstamo hipotecario estando en un estado de necesidad y por el riesgo de que pierda sus bienes. En las Partidas de Alfonso X el Sabio ya se rechaza por tal motivo. La Partida V, Título XIII, Leyes 41 y 42  dice que: “”si a tal postura valiese, no querrían los homes rescibir de otra los peños, e vernia por ende muy gran daño a la tierra; porque o algunos estuviesen muy cuytados, empeñarían las cosas por quanto quier que les diesen sobre ellas, e perderlas yan, por tal postura como (P. 5, 13, 12).”

Ahora bien, si protegemos a los cuitados que empeñan sus bienes para que no los pierdan ante el abuso de los prestamistas y por otro lado permitimos a los bancos una dación en pago en caso similar pero en sentido contrario ¿no hay un desequilibrio moral?