Ya es posible la acumulación de procedimientos contra una empresa y su administrador
Parece que se va definiendo una postura a favor de la acumulación en un único proceso judicial de las acciones de reclamación contra una sociedad y contra su órgano de administración.
En una entrada anterior (La reclamación de cantidades conjuntamente a empresas y a sus administradores)ya había explicado la complejidad de dicha acumulación, dado que las reclamaciones a las sociedades son competencia de los juzgados de instancia, y las reclamaciones a los administradores de las mismas son competencia de los juzgados de lo mercantil.
Las dudas que podíamos tener sobre dicha acumulación han sido despejadas por el Tribunal Supremo en una Sentencia de 23 de Mayo de 2013 que se insertará en la Colección Legislativa frente a un Recurso Extraordinario por Infracción Procesal, que podéis revisar en este enlace obtenido desde el blog Derecho Mercantil.
Declara competentes a los Juzgados de lo Mercantil que pasarán a asumir una mayor carga de trabajo, a cambio de facilitar la persecución del crédito en mora.
La estrategia procesal a partir de ahora va a ser demandar conjuntamente a la sociedad y al administrador, dado que si la primera resulta insolvente se puede ejercer la acción contra el segundo por no haber iniciado los trámites para su liquidación ordenada o su concurso de acreedores.
Pero el asunto no será tan fácil, dado que la responsabilidad del administrador (tras la reforma introducida el año 2005 en las leyes societarias aprovechando la ley de sociedad anónima europea y que se mantiene en el vigente Texto Refundido de la Ley de Sociedades de Capital) sólo lo es como consecuencia del agravamiento de la insolvencia operada desde el momento en que tuvo conocimiento de dicha situación, por lo que si la contratación de la que deriva una deuda en mora es anterior a dicha insolvencia no podrá derivarse la responsabilidad al órgano de administración.
Así que habrá que ser más cuidadoso con la cartera de impagados y no dejarla en el cajón demasiado tiempo como se acostumbra.